El reciente anuncio de que Corea del Norte ha decidido enviar miles de soldados para apoyar a Rusia en su invasión de Ucrania ha colocado a China en una posición diplomática delicada. Esta noticia, revelada por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd J. Austin, plantea nuevos desafíos para Beijing, que ha mantenido una relación cercana con Pyongyang durante los últimos 75 años.
El vínculo entre China y Corea del Norte, descrito históricamente como “tan cercano como los labios y los dientes”, podría ser puesto a prueba como nunca antes debido a esta decisión norcoreana de involucrarse en un conflicto en Europa, el cual ya ha provocado tensiones globales. Aunque China ha intentado proyectarse como una potencia que aboga por la paz y la estabilidad, la participación directa de soldados norcoreanos en la guerra contra Ucrania podría minar esta imagen y complicar aún más las relaciones de Beijing con Occidente.
Relaciones en tensión
El apoyo militar de Corea del Norte a Rusia representa un desafío no solo para Estados Unidos y sus aliados, sino también para China, que históricamente ha sido el mayor aliado de Pyongyang. Desde hace años, Beijing ha expresado su frustración ante las provocaciones de Corea del Norte en la península de Corea, especialmente con su programa nuclear y las constantes amenazas hacia Corea del Sur.
La decisión de Pyongyang de participar activamente en la guerra en Ucrania podría generar una confrontación geopolítica más amplia, en la que Estados Unidos y sus aliados se enfrenten a un eje liderado por Rusia y China, con el apoyo de otras potencias antioccidentales como Corea del Norte. Esta situación desafía los esfuerzos diplomáticos de Beijing por evitar una “nueva Guerra Fría” y podría obligar a China a tomar una postura más clara ante las acciones de Pyongyang.
China, atrapada en su propia narrativa
Uno de los mayores problemas que enfrenta China con esta alianza entre Corea del Norte y Rusia es que socava su intento de posicionarse como un mediador en los conflictos internacionales. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Beijing ha tratado de presentarse como un defensor de la paz, acusando a Estados Unidos de perpetuar las tensiones mundiales y de incitar a una nueva Guerra Fría. Sin embargo, el hecho de que el único aliado de China por tratado, Corea del Norte, esté involucrado militarmente en el conflicto europeo en nombre de Rusia, podría desmantelar esta narrativa.
Los analistas señalan que la preocupación de China no solo radica en la participación de soldados norcoreanos en el conflicto, sino también en el potencial intercambio de tecnología militar entre Rusia y Corea del Norte a cambio de este apoyo. Este intercambio podría dar a Pyongyang herramientas para ser aún más agresivo en sus políticas hacia Corea del Sur y Japón, dos países con los que China también tiene relaciones tensas, y limitar aún más la capacidad de Beijing para influir sobre el régimen norcoreano.
El papel de China en la región
Aunque China sigue siendo el principal proveedor comercial y de ayuda para Corea del Norte, su capacidad para controlar a su vecino del norte parece estar disminuyendo. Si bien Beijing tiene interés en mantener la estabilidad en la región de Asia del Norte, el alineamiento militar de Corea del Norte con Rusia complica aún más el papel de China como potencia estabilizadora. Por un lado, la dependencia económica de Corea del Norte de China podría haberle permitido a Beijing ejercer más presión sobre Pyongyang para evitar que se involucrara en el conflicto en Ucrania. Sin embargo, la realidad demuestra que la influencia de China puede no ser tan fuerte como se esperaba.
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Este escenario coloca a Beijing en un dilema. Si bien China ha mantenido una postura ambigua sobre la guerra en Ucrania, intentando no alienar completamente a Rusia ni a Occidente, la inacción ante la participación activa de Corea del Norte podría ser vista como un apoyo tácito a las acciones de Pyongyang y Moscú. Esto no solo podría tensar aún más las relaciones de China con Estados Unidos y Europa, sino también con otros países asiáticos como Corea del Sur y Japón, que están cada vez más preocupados por la agresividad de Corea del Norte.
Una alianza que podría traer más inestabilidad
El apoyo de Corea del Norte a Rusia podría envalentonar al régimen de Kim Jong-un para actuar de manera más agresiva en la región, particularmente contra Corea del Sur y Japón, lo que pondría a prueba las ya tensas relaciones entre estas naciones y China. Aunque Beijing ha sido tradicionalmente el principal aliado de Pyongyang, cualquier escalada de tensiones en Asia podría tener repercusiones directas en los intereses de seguridad de China, lo que la coloca en una posición difícil.
En resumen, la alianza militar entre Corea del Norte y Rusia no solo aviva las tensiones en Europa, sino que también plantea serios desafíos diplomáticos y estratégicos para China, que deberá equilibrar su relación con Pyongyang, su retórica de paz y su posición en el escenario internacional.