El tenista italiano Jannik Sinner se coronó campeón tras vencer al español Carlos Alcaraz con un marcador de 6-7 (5), 6-3, 6-3 en un emocionante partido celebrado el pasado sábado. Este encuentro, parte de un evento exhibición, no solo destacó por la calidad del juego, sino también por el histórico premio de 5.5 millones de euros que Sinner recibió, convirtiéndose en el mayor pago registrado en la historia del tenis.
Sinner, quien actualmente ocupa el primer lugar del ranking ATP, había sufrido derrotas en sus tres encuentros previos contra Alcaraz en esta temporada. Sin embargo, logró revertir la tendencia en una competencia que atrajo la atención internacional, ya que se realizó en un país que ha estado en el centro del debate sobre el “sportswashing”. Esta práctica implica que naciones buscan mejorar su imagen a través del patrocinio de eventos deportivos importantes.
En la otra semifinal del torneo, el serbio Novak Djokovic derrotó al español Rafael Nadal con un contundente 6-2, 7-6 (5), lo que suscitó la especulación de que podría haber sido el último enfrentamiento entre dos de los mejores jugadores en la historia del tenis. Djokovic y Nadal, que juntos han acumulado 46 títulos de Grand Slam, compartieron un emotivo abrazo en la red tras el partido, con Djokovic expresando su admiración y aprecio por su rival en las redes sociales. “La última danza fue épica y, por supuesto, emocional. Atesoraré nuestra rivalidad para siempre. El tenis te echará de menos”, escribió Djokovic.
Arabia Saudita y el “Sportswashing”
La reciente apertura de Arabia Saudita hacia el deporte ha generado críticas y debates sobre sus intenciones. Críticos alegan que el país intenta mejorar su imagen global mediante la organización de eventos deportivos de alto perfil, mientras persiste en prácticas de violación de derechos humanos. Aunque el gobierno saudí ha implementado reformas sociales significativas, como la concesión de derechos de conducción a las mujeres y la flexibilización de ciertas normas de vestimenta, aún persisten severas restricciones.
Las relaciones del país con la comunidad LGBTQ+ son particularmente restrictivas, ya que las relaciones del mismo sexo son penadas con la muerte o la flagelación, aunque las ejecuciones son raras. Las autoridades continúan prohibiendo toda forma de defensa de los derechos LGBTQ+, confiscando juguetes y ropa de colores del arcoíris. En lo que va de este año, más de 200 personas han sido ejecutadas en Arabia Saudita, según informes de Human Rights Watch.
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A pesar de las reformas promovidas desde arriba, el gobierno saudí ha llevado a cabo una dura represión contra cualquier forma de disidencia política. Activistas de derechos de las mujeres y críticos del régimen han sido arrestados y condenados a largas penas de prisión y prohibiciones de viaje, a menudo basándose en publicaciones en redes sociales.
Un Nuevo Capítulo en la Rivalidad
El triunfo de Sinner no solo significa un hito personal, sino también un nuevo capítulo en la creciente rivalidad entre él y Alcaraz. “Hasta ahora, cada partido ha sido muy, muy bueno, pero siempre esperamos que esta rivalidad dure tanto como sea posible”, afirmó Sinner tras su victoria. Por su parte, Alcaraz, quien ha derrotado a Sinner en encuentros anteriores, enfatizó su deseo de seguir mejorando y contribuir a una rivalidad cada vez más emocionante.
La final, que se llevó a cabo en una atmósfera festiva, no otorgó puntos para el ranking ATP, lo que la diferencia de otros torneos tradicionales, pero aún así atrajo a una multitud entusiasta y a numerosos medios de comunicación internacionales. Este evento exhibición es parte de los esfuerzos de Arabia Saudita por diversificar su economía, buscando reducir su dependencia del petróleo mediante la inversión en deportes y entretenimiento.
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Sin embargo, el enfoque del país en atraer a atletas y eventos de renombre mundial plantea preguntas sobre cómo estos acuerdos deportivos influirán en sus políticas internas respecto a los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQ+. La imagen que proyecta Arabia Saudita mediante estos eventos contrasta fuertemente con la realidad de las libertades civiles en el país, lo que añade una capa de complejidad a la discusión sobre la ética de su participación en el ámbito deportivo global.