La noche del viernes, el ejército israelí llevó a cabo una serie de bombardeos dirigidos a docenas de oficinas y sucursales de la institución financiera Qard al-Hassan, utilizada por el grupo chiita Hezbollah para pagar los salarios de sus combatientes. Los ataques se concentraron principalmente en Beirut y el sur de Líbano, marcando una intensificación de la ofensiva israelí en la región.
Según las fuerzas israelíes, Hezbollah almacena miles de millones de dólares a su nombre en estas sucursales bancarias, dinero que luego es utilizado para la compra de armas y el pago a sus miembros. En un comunicado, el ejército israelí señaló que estos ataques tenían como objetivo “degradar” las capacidades económicas del grupo chiita y evitar su reconstrucción tras semanas de enfrentamientos en Líbano, que ya han dejado más de mil muertos.
Advertencias previas y daños materiales
Antes de los ataques, las fuerzas israelíes emitieron advertencias a la población libanesa, pidiéndoles que se mantuvieran alejados de las oficinas de la institución financiera, dado que serían bombardeadas en las próximas horas. El portavoz principal del ejército israelí, el contraalmirante Daniel Hagari, subrayó en una conferencia de prensa que Israel estaba decidido a atacar el “poder económico” de Hezbollah.
Israel ha acusado a Qard al-Hassan de ser el principal mecanismo financiero de Hezbollah, el cual utiliza para financiar actividades terroristas, la adquisición de armamento y el sostenimiento de sus combatientes. “Beirut está en llamas”, escribió en su cuenta de la red social X el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Israel Katz, acompañando sus palabras con una fotografía de una explosión en un edificio de la capital libanesa. El ministro indicó que Israel había lanzado ataques sobre al menos 15 edificios vinculados a la entidad financiera en Beirut.
Ofensiva terrestre y lucha en el sur de Líbano
Además de los bombardeos aéreos, las tropas israelíes continuaron su ofensiva terrestre en el sur de Líbano. Ayer, las fuerzas israelíes localizaron y desmantelaron una serie de armamentos pertenecientes a Hezbollah, incluidos lanzacohetes y explosivos almacenados cerca de la frontera. En el proceso, lograron neutralizar a varios combatientes del grupo chiita, entre ellos, comandantes de la milicia apoyada por Irán.
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Desde el inicio de la ofensiva terrestre de Israel en el sur de Líbano, a principios de octubre, al menos 24 soldados israelíes han perdido la vida en ataques en la frontera (16 en territorio libanés y 8 en territorio israelí). A estas bajas se suman cuatro civiles israelíes que también han sido asesinados en enfrentamientos dentro de Israel.
Hezbollah bajo presión internacional
El ataque a la infraestructura financiera de Hezbollah forma parte de una estrategia más amplia de Israel para asfixiar económicamente al grupo chiita, en un esfuerzo por debilitar su capacidad operativa y reducir su influencia en la región. Hezbollah, clasificado como una organización terrorista por varios países occidentales, ha sido durante décadas una fuerza dominante en Líbano, apoyada por Irán tanto militar como financieramente.
El conflicto en el sur de Líbano ha sido uno de los más intensos desde la guerra de 2006 entre Israel y Hezbollah, con ambas partes sufriendo pérdidas significativas. Mientras tanto, la comunidad internacional ha expresado preocupación por la escalada de violencia, con llamados a un cese al fuego y a la protección de civiles en la región afectada por el conflicto.
Consecuencias humanitarias
Los ataques de Israel en Líbano y la ofensiva de Hezbollah en la frontera israelí han exacerbado una crisis humanitaria ya existente en la región. Miles de civiles libaneses han sido desplazados debido a los intensos bombardeos, mientras que las infraestructuras básicas, incluidos hospitales y escuelas, han sufrido graves daños. En este contexto, las organizaciones internacionales han pedido acceso humanitario urgente para asistir a la población civil afectada.
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Israel, por su parte, ha reiterado su derecho a la defensa propia y ha señalado a Hezbollah como el principal responsable de la escalada del conflicto, debido a sus continuos ataques contra territorio israelí. Sin embargo, el futuro de la confrontación sigue siendo incierto, y las tensiones en la frontera entre Israel y Líbano continúan en aumento.