El Atlético de Madrid sumó su segunda derrota consecutiva en la fase de grupos de la UEFA Champions League 2024/25, tras caer 3-1 ante el Lille en el Estadio Metropolitano. A pesar de haber empezado el encuentro con una ventaja temprana gracias al gol de Julián Álvarez, los colchoneros se vieron superados por un equipo francés que, aunque presentó una alineación juvenil y rotada, fue capaz de darle la vuelta al marcador en la segunda mitad.
El Atlético, que no contó con jugadores clave como Pablo Barrios, Marcos Llorente y Robin Le Normand, llegó a este partido con la expectativa de enderezar el rumbo en una competición que nunca ha logrado conquistar. Además, tras las recientes inversiones en los fichajes de Álvarez y Alexander Sørloth, el equipo dirigido por Diego Simeone esperaba una actuación convincente frente a un Lille que llegaba con bajas importantes.
Un inicio prometedor que se desmoronó
La noche comenzó bien para los locales, cuando Julián Álvarez, uno de los fichajes estrella del Atlético, aprovechó un error defensivo de Ousmane Touré para abrir el marcador en el minuto 8. Con el 1-0 en el marcador y la ventaja en casa, parecía que el equipo rojiblanco podría controlar el partido. Sin embargo, las constantes oportunidades desperdiciadas por Sørloth empezaron a pasar factura.
El delantero noruego, que estuvo muy activo pero poco eficaz, falló tres ocasiones claras de gol en la primera media hora, acumulando un 0.94 de goles esperados (xG), lo que habría permitido al Atlético encarrilar la victoria. No obstante, la falta de contundencia del equipo local mantuvo al Lille con vida.
El gol de Zhegrova cambia el curso del partido
Tras el descanso, el Atlético mostró signos de complacencia, lo que permitió al Lille encontrar espacios para contragolpear. A pesar de que Simeone tenía opciones claras para cambiar el rumbo, como sustituir al amonestado Javi Galán o al ineficaz Sørloth, el técnico argentino decidió esperar.
Esa pasividad se cobró un alto precio cuando, en el minuto 61, el recién ingresado Edon Zhegrova disparó desde fuera del área, su remate desvió en Galán y posteriormente en Josema Giménez, descolocando al portero Jan Oblak y poniendo el empate en el marcador. Fue un golpe para el Atlético, que veía cómo un rival, en teoría inferior, empataba el partido.
La grada en silencio y una polémica decisión arbitral
En circunstancias normales, tras el gol del empate, la grada del Fondo Sur del Metropolitano, hogar de la afición más ruidosa del Atlético, habría impulsado al equipo con sus cánticos. Sin embargo, el Frente Atlético, el grupo de ultras que ocupa esa sección del estadio, decidió permanecer en silencio en protesta por la decisión del club de no vender entradas para los próximos cinco partidos fuera de casa. Este clima de tensión en las gradas contribuyó al ambiente apagado en el que el Lille se sintió cómodo.
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Para empeorar la situación, el árbitro italiano Marco Guida señaló un penalti en el minuto 71 por una supuesta falta de Koke sobre el capitán del Lille, Benjamin André. Las repeticiones mostraron que hubo un contacto mínimo, si es que lo hubo, pero Guida no consultó el VAR ni revisó la jugada en el monitor. A pesar de las protestas del Atlético y de Simeone, que fue amonestado, el árbitro mantuvo su decisión.
El delantero canadiense Jonathan David convirtió el penalti y puso al Lille por delante, un castigo para el Atlético, que había sido incapaz de capitalizar sus oportunidades en la primera mitad.
Un final frustrante y un Atlético en crisis
El Atlético, a pesar de intentarlo, no pudo revertir el marcador. De hecho, en el minuto 89, un disparo de David desde corta distancia desviado por Reinildo selló la derrota rojiblanca. Este gol, junto con el penalti, sentenció un resultado inesperado que terminó con la racha de seis victorias consecutivas del Atlético en casa en competiciones europeas.
Con este resultado, el Atlético se encuentra en una situación delicada en la fase de grupos de la Champions League, ocupando el puesto 27 de los 36 equipos participantes, y con compromisos difíciles por delante, como los enfrentamientos contra el Paris Saint-Germain y el Bayer Leverkusen. Si no mejora su rendimiento, el equipo madrileño corre el riesgo de quedar eliminado antes de lo previsto.
El descontento en el club es palpable, con Simeone luchando por encontrar el equilibrio táctico adecuado en una plantilla que aún se está adaptando a las nuevas incorporaciones. La falta de consistencia y la ineficacia en momentos clave están marcando una temporada que, a estas alturas, ya parece escaparse de las manos del Atlético tanto en la Liga como en Europa.