Israel ha evaluado los daños causados por el masivo ataque con misiles lanzado por Irán el pasado martes por la noche, en el que se dispararon 180 cohetes hacia el territorio israelí. A pesar de la magnitud del ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) informaron que su sistema de defensa aérea logró interceptar la mayoría de los proyectiles, minimizando así los daños y el impacto en las zonas afectadas.
En la ciudad de Arad, algunos residentes israelíes fueron vistos cerca de los restos de un misil iraní que fue interceptado por el sistema antimisiles. Los curiosos no dudaron en fotografiarse y escalar sobre los fragmentos del cohete derribado, destacando la presencia pública en un momento de alta tensión para el país.
El Jefe de Estado Mayor de las IDF, Herzi Halevi, expresó su satisfacción con el desempeño de los sistemas defensivos de Israel y destacó la importancia de la rápida respuesta de los ciudadanos israelíes durante el ataque. “Gracias al comportamiento adecuado de los civiles y a una defensa de alta calidad, los daños han sido relativamente pequeños”, señaló Halevi.
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En cuanto a la respuesta de Israel, Halevi dejó claro que el país tomará las medidas necesarias para responder al ataque. “Responderemos, sabemos cómo localizar objetivos importantes, sabemos cómo golpear de manera precisa y contundente”, añadió, sugiriendo que Israel no dejará sin consecuencias el ataque iraní.
Aunque la defensa aérea israelí interceptó la mayoría de los misiles, Irán afirmó que la mayor parte de sus proyectiles lograron alcanzar sus objetivos. Según las autoridades iraníes, tres bases militares israelíes en Tel Aviv habrían sido impactadas. Por su parte, las IDF reconocieron que algunos cohetes lograron golpear instalaciones militares, incluyendo la base aérea de Nevatim, una de las más avanzadas de la Fuerza Aérea de Israel.
Imágenes satelitales mostraron daños en los techos de una fila de edificios cercanos a la pista principal de la base aérea de Nevatim, donde se encuentran estacionados algunos de los aviones más sofisticados de la Fuerza Aérea israelí. Sin embargo, no quedó claro si en el momento del ataque había aviones dentro de los hangares afectados. A pesar de estos daños visibles, el ejército israelí aseguró que los aviones de combate, drones, municiones e infraestructura crítica no sufrieron daños significativos.
Un comunicado de las IDF indicó que los daños en las bases aéreas fueron “ineficaces” y no comprometieron las operaciones de la Fuerza Aérea israelí ni su capacidad de respuesta. “Las operaciones aéreas de Israel continúan sin verse afectadas por los ataques”, afirmaron.
Además de los objetivos militares, un cohete impactó en una escuela en la ciudad de Hod Hasharon, ubicada en el centro de Israel. Las autoridades israelíes confirmaron que el impacto causó daños parciales en las instalaciones, aunque no se reportaron heridos. La escuela se encontraba vacía en el momento del ataque, evitando así posibles tragedias entre los estudiantes y el personal docente.
Este ataque forma parte de un reciente aumento de tensiones entre Israel e Irán, con múltiples intercambios de fuego en las últimas semanas. Aunque la defensa antimisiles de Israel, conocida como “Cúpula de Hierro”, sigue siendo una de las más eficaces del mundo, la magnitud del ataque de Irán ha puesto a prueba la capacidad del país para interceptar una cantidad tan grande de proyectiles en un corto período de tiempo.
El conflicto entre Israel e Irán se ha intensificado en los últimos años, con ambas naciones involucradas en constantes confrontaciones tanto directas como indirectas. Irán ha respaldado a grupos militantes en la región que buscan desestabilizar la seguridad israelí, mientras que Israel ha llevado a cabo numerosas operaciones militares contra objetivos iraníes en Siria y otros países de la región.
Este último ataque con misiles se produce en un contexto de creciente inestabilidad en Oriente Medio, donde tanto Irán como Israel han intensificado su retórica beligerante. A pesar de los esfuerzos diplomáticos internacionales por calmar las tensiones, las posibilidades de una escalada militar entre ambas naciones permanecen altas.
Por el momento, Israel sigue evaluando los daños y planificando su respuesta, mientras la población israelí se mantiene alerta ante la posibilidad de nuevos ataques.